Hoy quería hablaros de una película muy poco convencional y de la que seguro que no habréis oído hablar mucho: el oso. Está dirigida por Jean-Jacques Annaud, un auténtico especialista en hacer películas extrañas, pero que suelen hacer que pienses.
Ambientada en la Columbia Británica (Canadá) del siglo XIX, la película cuenta, básicamente, la historia de un osezno que se queda huérfano por culpa de un accidente. Es una de las películas más ecologistas y brillantes que haya visto nunca.
No esperéis grandes diálogos y muchas escenas de acción a lo James Bond. La historia se basa sólo en el pequeño osezno, que después de perder a su madre es "adoptado" por otro oso, al cual persiguen unos cazadores para vengarse ya que él hirió y mató a sus caballos. Los únicos trozos en los que se habla son cuando los cazadores intercambian palabras entre ellos.
Al principio puede parecer una película aburrida (a mí me lo pareció) pero si aguantas y la ves entera descubrirás un final brillante (creo que no hay otro adjetivo para describirlo, perdonad que lo repita tanto) y una historia que repite la moraleja de Moby Dick "es inútil intentar vengarse de un animal". Además, te das cuenta de lo poco humanos que somos nosotros, los supuestos seres más inteligentes del planeta, y de que los animales no son malvados y sólo actúan por instinto.
Resumiendo: una película preciosa. Es difícil de encontrar, pero para mí valió la pena la búsqueda, y ten por seguro que no hay nada parecido.
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