A principios de año, en la bahía de Miami (EE.UU.) apareció un objeto misterioso: un piano de cola chamuscado que la marea nunca llegaba a cubrir. Muchos pensaron que era algún tipo de obra de arte, pero nada más lejos de la realidad. Acaba de saberse que pertenecía a una familia de la zona que, en su fiesta de Nochevieja, le prendió fuego, y no se sabe por qué, lo arrastró hasta el banco de arena en el que estuvo casi un mes. El pasado 27 de enero, horas antes de que fuera retirado, el músico local Carl Bentulan se lo llevó a su casa; su hijo de 10 años de encaprichó y van a restaurarlo.
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