“Supervivientes” es un programa que emite anualmente el canal de televisión Telecinco en España. El nombre ya lo dice todo: un grupo de personas está en una isla desierta del Caribe durante unos tres meses y tienen que ir superando pruebas para no quedar nominados, y, en consecuencia, expulsados del programa.
Pero, cuando lo ves, puedes sentirte muy defraudado: en vez de ésas pruebas que pueden resultar divertidas y entretenidas, algo así como jugar a la serie Perdidos o a ser Robinson Crusoe, te encuentras que de lo que va la cosa es de puro chismorreo. Que si Pepi es una guarra, que si Luis es un imbécil, que si ésta llora y es puro teatro, que si éste le tira los tejos a ésta otra…
Bueno, la verdad es que yo sí me defraudé al comprobar que una serie que prometía tanto (supervivientes es un buen título) era una versión más de Gran Hermano, Aquí hay tomate, Sálvame o cualquier otro programa que, curiosamente, también emite Telecinco.
“Telebasura” es como se llaman éstos programas.
Como todos saben –supuestamente-, la educación es el pilar de la sociedad, y yo me pregunto: ¿Qué sociedad ni qué narices? ¿Acaso se le llama educación que los niños vean la tele y piensen “si no estudio nada, me voy a la tele y pego cuatro gritos, voy a ser rico”? Es vergonzoso. Pero es lo que van a pensar millones de niños si ven Telecinco o cualquiera de sus programas. No quiero que toda la programación televisiva sea educativa, pero de ahí a que todo el repertorio sean reality shows y programas del corazón… Seamos sinceros, si un crío puede escoger entre Barrio Sésamo o Sálvame, ¿qué creéis que cogerá? ¿Un programa educativo en el que le tratan como a un tonto o uno en que se hablen de temas que a nadie deberían interesarle? Para mí es obvio.
Porque, si os soy sincera, creo que los programas supuestamente educativos no valen para nada. ¿De verdad esperan atraer la atención de los niños cuando aburren hasta a los animales de compañía? Pero bueno, que eso tampoco viene al caso ahora :P
Desde aquí hago un llamamiento a dos cosas:
- A que los programas de telebasura y reality shows se regulen de manera que cada vez que pones la tele no tengas que escoger entre basura y más basura.
- Y a que los programas educativos de los niños sean competentes con la realidad y les enseñen de manera que no los malcríen.
O, por lo menos, que cambien el nombre del programa “Supervivientes” a “Superchismorreos”.
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