En julio de 2010 se descubrieron 166 botellas de champán entre los restos de un barco que naufragó en el mar Báltico hace casi dos siglos. La gran sorpresa fue que todas las botellas de champán se mantuvieron en perfecto estado gracias a la temperatura constante del mar y la poca luz que les llegaba, lo que no pasó con los vinos que también transportaba el barco.
El gobierno regional de Aland, propietario legal del hallazgo, decidió subastar las dos botellas más antiguas: una de la marca Veuve Cliquot y otra de la firma Juglar (ya desaparecida) que datan de 1840.
Un comprador anónimo de Singapur adquirió por 54.000 € lo que podemos considerar un auténtico tesoro. El gobierno de Aland ha anunciado que destinará esta cantidad a la protección del fondo marino.
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